En Chiquinquirá me encontré brevemente con los buenos contactos y amigos de la oralidad. Una buena noche donde, en lugar de reloj de catedral el sonido de un burro sonaba cada dos horas. En la Foto: Gabriel el anfritrión y Pablo que contó un cuento coprológico in extemis!
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Encontrarme con Ramses fué una grata sorpresa. Él que sobrevivió a la casa del gran maestre de T.N. vino con sus historias llenas de wica y antigua línea mexica. Hablamos y nos reimos de nostros mismos en un momento de lluvia. Creo que eso me hizo recordar que no debo tomarme la vida tan enserio.
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